Avance de Reaper of Souls: el Westmarch histórico

Avance de Reaper of Souls: el Westmarch histórico

¿Qué es lo primero que viene a la cabeza cuando se piensa de Westmarch? Su merecida fama obedece a varias razones: sede de la orden de caballeros homónima y maravilla arquitectónica repleta de monumentos a mayor gloria de las conquistas del rey Rakkis, Westmarch es una ciudad empapada de historias tan heroicas como sangrientas.

Pero ¿qué hay de su fundación? ¿O de los secretos que llevaron a que el rey Rakkis fuera enterrado en un pestilente pantano y no en su reluciente capital? Dicen que la mejor forma de preparar el futuro es estudiar el pasado, así que estudiemos más detalladamente estas leyendas mientras nos armamos de valor para afrontar la inminente destrucción y el caos que traerá consigo Malthael, el Ángel de la Muerte.


Producto de la conquista

Hace casi dos siglos y medio, en una época en que la fe de los Zakarum ganaba impulso rápidamente, el imperio de Kehjistan se veía acuciado por una miríada de problemas. Desde hambruna y enfermedades hasta disturbios entre la ciudadanía, el contexto era propicio para el auge de una nueva fe que avivara el fuego de la esperanza en los corazones de los desesperados. Aunque muchos nobles y políticos vieron una amenaza en esta adherencia evangélica, el emperador Tassara, recién instalado en el poder, comprendió que las enseñanzas de Akarat se podían usar para solidificar su propia reputación. Al abrazar aquella religión en ascensión, Tassara aceleraría la aceptación de las doctrinas de los Zakarum, lo cual le permitiría asegurarse de que el pueblo permaneciera entregado a su causa.

La ascensión de Rakkis

Al poco de su llegada al poder, los competidores por el trono de Tassara unieron sus fuerzas en un intento de derrocar al emperador antes de que se hubiera afianzado en su posición. Previendo esa insurrección, Tassara consiguió la ayuda de uno de los Zakarum conversos más fanáticos: Rakkis, un general de gran habilidad militar. Las hazañas de Rakkis quedaron para los anales de la historia, pero cabe destacar que su innegable fuerza y su serie de victorias para proteger a la corona fueron fuente de inspiración para el pueblo llano.

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Sin embargo, la popularidad de Rakkis resultó ser un arma de doble filo, y Tassara comenzó a considerar al general una amenaza potencial para su reinado. Así pues, ordenó a Rakkis aventurarse hacia el oeste y difundir la fe de los Zakarum a través de la conquista.

El ejército de Rakkis encontró férrea resistencia en el avance de esta cruzada, especialmente por parte de la nación de Ivgorod y los bárbaros del Monte Arreat. Pese a estos contratiempos, Rakkis acabó consiguiendo que nueve clanes del subcontinente en conflicto hicieran causa común bajo su bandera, integrando lentamente la fe de los Zakarum en su cultura. Esta nueva fuerza le permitió aplastar al resto de los nativos que resistían al Sur.

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El ejército de Rakkis avanza victorioso tras la batalla.

El momento en que el general dejaría una muestra de sus logros no tardó en llegar. Para ello, bautizó la tierra conquistada como Westmarch, la "marcha al Oeste", en honor de la tarea que Tassara le había encomendado. Su capital, que tendría el mismo nombre, se estableció en un puerto fluvial, y su práctica cercanía con el mar permitió a la ciudad florecer rápidamente hasta convertirse en la potencia marcial y mercantil que es en la actualidad.


La ciudad asediada

Westmarch disfrutó de muchas décadas de paz y prosperidad, ya que pocos se atrevían a provocar la ira de su intimidante poderío militar. Quienes lo hacían, como ocurrió en la desventurada invasión de Khanduras durante la caída de Tristán, eran masacrados, con apenas supervivientes que pudieran contar su aniquilación. En los más de doscientos años desde la fundación de Westmarch, ninguna fuerza exterior pudo hacer daño alguno a quienes se encontraban entre sus formidables murallas; hasta la llegada de Malthael, decidido a arrasar a toda la población de la capital por un objetivo aún no revelado.

Lo cual lleva a preguntarse: ¿por qué Westmarch? ¿Qué secretos alberga la ciudad para atraer al Ángel de la Muerte a sus puertas?


Una historia secreta

En general, si uno pretendiera establecer una vasta nación a partir de un desierto, el lugar menos atractivo en el que construir el nuevo hogar sería junto a una extensión de pantanos hediondos. Aun así, eso precisamente fue lo que Rakkis hizo al elegir la ubicación de la capital de su nación. ¿Había algún motivo oculto? Probablemente así era, ya que el lugar atraería posteriormente el interés no de uno, sino de dos miembros independientes del Consejo de Angiris.

Cerca de Westmarch se encontraba un tesoro mucho más valioso que ninguna otra cosa que Rakkis hubiera obtenido durante su campaña. Tras su coronación, el rey pasó muchos años de su reinado deambulando por las ciclópeas ruinas que yacían olvidadas bajo el pantano adyacente. A instancia suya, el rey Rakkis fue enterrado allí tras su muerte. Se rumoreaba que las ruinas no eran las de una civilización cualquiera, sino las de una ciudad perdida de los nephalem.

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Izquierda: Un aventurero curioso explora las ruinas Nephalem. Derecha: El Concilio de Angiris discute sobre el destino de la Piedra de Alma Negra.

Este lugar contiene un poder indudable, y pocos son los que han logrado indagar en los secretos de sus ancestrales pasadizos. Pero la mayor cualidad que dicen que tiene la ciudad perdida es la de ofrecer un extraordinario amparo frente a ángeles y demonios. Las menciones de dicho auspicio estaban muy bien escondidas, pero el nuevo Aspecto de la Sabiduría, Tyrael, supo de esta antigua protección en un momento de gran necesidad. Tras buscar refugio en Santuario para la piedra de alma negra, planeaba usar estas ruinas para ocultar el terrible artefacto, protegiéndolo tanto de una acción demoníaca como angélica. Con el poder del Demonio Mayor almacenado en las opacas facetas de la piedra, no se podía confiar siquiera en los Altos Cielos para ponerla a buen recaudo.

Por desgracia, nadie, ni siquiera el mismo Tyrael, podía haber previsto el adversario que arrancaría la piedra de alma negra de su refugio.

Al igual que Tyrael, Malthael había sufrido una transformación, y su nueva encarnación como la Muerte le permitía cruzar el umbral de la ciudad en ruinas sin traba alguna.


El futuro de Westmarch

Ahora, peligros inimaginables amenazan con arrasar Westmarch, y solo vosotros, valientes nephalem, podéis salvar a la histórica ciudad de su perdición. Sus habitantes están siendo sacrificados y reclutados para un ejército de muertos vivientes empeñados en satisfacer el más mínimo capricho de Malthael. ¿Cómo podréis ayudar a librar a Westmarch del mal que ha caído sobre ella? ¿Qué horrores desconocidos creéis que aguardan para deteneros?

Comentádnoslo en la sección de aquí abajo, y recordad: ¡tened cuidado con lo que deseáis!